THE
NEW YORK TIMES. ESPECIAL. - 09/08/12
En los últimos 40 años los
científicos sospechaban que sus modelos para el árbol genealógico humano más
inmediato –desde el Homo habilis hasta el Homo erectus y el Homo sapiens–
estaban muy simplificados. Y el descubrimiento de tres nuevos especímenes fósiles,
anunciado ayer, constituye la prueba más contundente de las líneas de evolución
múltiples de nuestro género, Homo. Los fósiles demostraron que había como
mínimo dos especies Homo contemporáneas, además del Homo erectus, viviendo en
Africa Oriental hace ya dos millones de años.
Entre los especímenes,
descubiertos en piedra arenisca de Koobi Fora, en Kenia, había un cráneo de un
ejemplar juvenil tardío con una caja cerebral relativamente grande y una cara
larga y chata, al que se designó como KNM-ER 62.000 (para abreviar, 62.000).
Presenta un parecido sorprendente con el enigmático cráneo conocido como 1.470
que, desde su descubrimiento en 1972, ha sido el centro de un debate sobre
linajes múltiples.
Si el cráneo 62.000 demostró
que 1.470 no era un único individuo, los otros dos especímenes parecen haber
aportado la prueba vital que faltaba. El 1.470 no tenía maxilar inferior.
Sorpresa: los nuevos hallazgos incluyeron un maxilar inferior casi completo
(60.000) –considerado como la mandíbula más completa de un Homo primitivo
hallada hasta hoy– y una parte de otro maxilar inferior (62.000).
Los fósiles fueron recogidos
entre 2007 y 2009 por un equipo encabezado por Meave y Louise Leakey, las
paleontólogas madre e hija del Koobi Fora Research Project y miembros de una
famosa familia africana buscadora de fósiles. Tras buscar “mucho y durante
largo tiempo” fósiles que confirmaran los rasgos de 1470 y mostraran cómo eran
sus dientes y su maxilar inferior, “por fin tenemos respuestas”, dijo Meave.
La cuestión, dijo Susan C.
Antón de la New York University, integrante del equipo, es cómo estructura este
descubrimiento la interpretación del lugar de 1.470 en el mundo inicial de
Homo. “Estos fósiles son anatómicamente como 1.470, y ahora tenemos algunos
dientes”, dijo. “Estamos más seguros de que 1.470 no fue único, y no todo 1.470
es grande”.
En su primer informe formal, la
Dra. Leakey y sus colegas escribieron en la revista Nature: “Estos tres
especímenes contribuirán enormemente a la reevaluación de la filogenia y la
radiación inicial del género Homo”. Optaron por no asignar los fósiles a
ninguna especie nueva o existente hasta que se realice un análisis más
exhaustivo sobre los homínidos contemporáneos. El espécimen 1.470 tenía 2
millones de años; la nueva cara y el maxilar fragmentado tienen 1,9 millón a
1,95 millón de años; el maxilar inferior mejor preservado es más joven, 1,83
millón de años.
Fred Spoor, integrante del
equipo de descubrimiento que dirigió el laboratorio de análisis, dijo en una
teleconferencia que la investigación había demostrado claramente que “la
evolución humana no es la línea recta que antes se creía”. África del Este, en
cambio, “era un lugar muy poblado, con múltiples especies”, dijo.
Si bien algunos especialistas
en orígenes humanos pusieron en duda que la escasa evidencia sea suficiente
para respaldar las nuevas conclusiones, Ian Tattersall del Museo Americano de
Historia Natural de Nueva York, afirmó: “Este nuevo material ciertamente da
consistencia a la idea, que va ganando terreno desde hace tiempo, de que en el
historial de Koobi Fora están presentes múltiples linajes de Homo primitivo”.
El doctor Tattersall continuó:
“Y respalda la opinión de que la historia inicial de Homo implicó una fuerte
experimentación con el potencial biológico y de comportamiento del nuevo
género, y no un proceso lento de refinamiento de un linaje central”.
Bernard Wood, de la George
Washington University, que ha realizado un estudio a fondo de los antecedentes
de fósiles de Homo, escribió en un artículo complementario en Nature: “En suma,
la anatomía de los especímenes avala la hipótesis de múltiples especies Homo
primitivas”.
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