sábado, 17 de agosto de 2013

En recuerdo de San Martin

Liberación de Chile
Cruce de los Andes
El 19 de enero de 1817 se inició el cruce de la Cordillera de los Andes.
El Ejército de los Andes, formado en El Plumerillo (a 7 kilómetros de Mendoza -por la ruta provincial 40 hacia el norte-), abandonó el campamento e inició el cruce de los Andes por los pasos de Los Patos y Uspallata. Estas vías abruptas aseguraban el factor sorpresa. El cruce duró 21 días. 5400 hombres guiados por baquianos atravesaron alturas superiores a los 4000 metros, llevando caballos y mulas.

Cruce de los Andes
San Martín organizó una activa red de espionaje con la difusión de noticias falsas para confundir a los realistas y obtener datos sobre el enemigo.

Batalla de ChacabucoLas tropas realistas al mando del general Rafael Maroto, paradas junto al cerro de Chacabuco, impedían el paso del Ejército de los Andes hacia Chile. Pero el 12 de febrero de 1817 los patriotas, dirigidos por San Martín, arrollaron a los realistas, que tuvieron más de 500 muertos. Dos días después, las tropas del Libertador entraron en Santiago. Un Cabildo Abierto le ofreció el gobierno pero él no lo aceptó. Después del triunfo, el 11 de marzo viajó a Buenos Aires, donde fue recibido con honores.



Detalle del óleo de Subercaseaux
que ilustra la batalla de Chacabuco.
Batalla de Cancha Rayada
Los realistas pudieron evacuar sus fuerzas hacia el sur de Chile. Allí recibieron refuerzos del Perú y se ganaron el apoyo de los indios araucanos. La noche del 19 de marzo de 1817 sorprendieron al Ejército de los Andes y destruyeron gran parte de la organización militar patriota. San Martín fue derrotado.
Batalla de Maipú
Las fuerzas patriotas, una vez reorganizadas, derrotaron de manera rotunda al ejército realista cerca del río Maipú el 5 de abril de 1818. En ese momento, se aseguró la libertad chilena.
Batalla de Maipú
El 12 de febrero de 1818, luego de una consulta popular, fue declarada la Independencia de Chile.
Fuente: Ministerio de Educación de la Nación.

Luego de la liberación de Chile le siguió la del Perú, principal bastión realista.

Finalmente y tras la entrevista en Guayaquil con Simón Bolivar, la libertad de América del Sur se acercaba a una definitiva realidad.



La Tosco cumple una decada


jueves, 1 de agosto de 2013

Afiches sobre el periodo Neolítico




alumnas de 1C  (Inst.Holters)


Centros de estudiantes: cada vez son más los alumnos que participan

POR LUCIANA AGHAZARIAN

Una ley impulsada por el Gobierno promueve su creación en todas las escuelas. Coincide con la implementación del voto a los 16. La opinión de alumnos y especialistas.


Hace unos días el Senado aprobó la ley quefomenta la creación de centros de estudiantes en las escuelas de todo el país. Impulsada por el kirchnerismo pero aprobada con apoyo de opositores, la norma coincide con las primeras elecciones en las que los jóvenes de 16 y 17 años podrán ejercer el voto. Ante este panorama, los especialistas advierten que en la escuela existen distintas formas de participar: el centro no es la única.
En las escuelas hay de todo: está el que milita en un partido político, el que pertenece al centro de estudiantes pero no milita, el que participa de vez en cuando, el que no le interesa el centro pero forma parte de la radio del colegio. “Esta heterogeneidad habla de la complejidad de un escenario escolar atravesado por las tensiones entre estructuras institucionales residuales, ligadas a la política como peligrosa y como parte de la vida adulta, y reactualizaciones de las mismas que tienen que ver con unarevalorización de la política ”, analiza Iara Enrique, antropóloga y becaria de Conicet.
Para Pedro Núñez, investigador de Conicet y FLACSO, “el tema es cómo se transmiten losconflictos en cada escuela”. Si bien el espacio histórico para canalizar los reclamos es el centro de estudiantes, Núñez, autor de varias investigaciones sobre el tema, aclara: “Está bueno que haya centros, pero no es la única manera de participar. Es la instancia que los adultos consideran legítima porque es la manera en la que participaron ellos, pero hoy ya no es así”.
Difundir una actividad por los cursos, asistir a un torneo solidario, debatir sobre qué música pasar en el recreo: todo eso es participar. “Hay quienes harán de la participación un eje de su vida cotidiana y hay quienes de vez en cuando pegarán un afiche o irán a una marcha, pero lo importante es que haya una agrupación. Al agruparse los pibes pueden tener voz y algunas autoridades los escuchan más”, opina Mariana Chaves, antropóloga del Conicet especialista en participación juvenil.
“Mucha gente piensa que hacemos las reuniones para perder tiempo, para no estudiar, y es todo lo contrario.
Nosotros lo que menos queremos es perder clases. Al principio todos en el colegio pensaban eso y después la mayoría se dio cuenta de nuestros objetivos reales”, expresa Tomás Colombres, presidente del centro de estudiantes de la Escuela Agustín Tosco, de Villa Pueyrredón. Tomás destaca: “Hay chicos que no se animan a hablar con directivos o preceptores, entonces encontraron en el centro de estudiantes un intermediario ”.
Iván Del Vecchio, delegado del centro de estudiantes de la Escuela Técnica Brigadier C. Saavedra, de Parque Avellaneda, da su perspectiva: “Veo en el centro un lugar para crecer, para lograr objetivos, para tener una ideología, saber manejarte en un trabajo. Por ejemplo, propusimos un movimiento de mujeres para que se organicen contra la discriminación que puede haber en la escuela técnica por ser minoría´; eso en un futuro les puede pasar en un trabajo”.
La tensión entre los centros de estudiantes y quienes le “temen” a la política se hace visible en la vida cotidiana escolar. “Mucha gente a la que la política no le agrada piensa que el centro es solo política, pero no.
Nuestro fin es ayudar a la escuela, a los estudiantes y a los de afuera. No apuntamos a lo partidario”, asegura Tomás.
El hecho de que los centros estén ligados históricamente a los partidos políticos –aunque ahora no sea siempre así– muchas veces determina la adhesión o rechazo de los estudiantes.“No milito porque todavía no encontré mi posición política”, asume Emanuel Juliá, alumno del Colegio Nacional de Buenos Aires. Desde otro punto de vista, su compañero Juan Manuel Cuello dice: “Esto de que vamos a votar a los 16 exige más que nunca que el colegio se organice y se politice más, para tener un voto a conciencia de quién va a defender los intereses de los estudiantes”.
Iara Enrique explica: “La categoría de interés o desinterés por la política es bastante polémica. Hay jóvenes que son críticos de los centros y no necesariamente son apáticos o consumistas sino que tienen otros espacios de participación. Hay que romper con la dicotomía entre los que participan y los que no ”. Julieta Fernández, alumna del Agustín Tosco, ejemplifica: “Por cuestión de tiempos no integro el centro de estudiantes, pero me encanta informarme de lo que pasa, debatir, y siempre que hay alguna actividad piola trato de ir”. Juan Manuel Cuello completa: “Más allá de lo político, el centro es una herramienta social, cultural, que tienen los estudiantes: se pueden organizar torneos de fútbol, cine debate, charlas, que pueden colaborar en nuestra formación”.
fuente: Clarin.com