sábado, 16 de marzo de 2013

La muerte del ministro que liquidó la economía argentina


Murió José Alfredo Martínez de Hoz

El cerebro detrás del plan económico de la dictadura cívico-militar falleció en la ciudad de Buenos Aires a los 87 años. Fue beneficiado por el indulto de Menem en 1990, pero en 2006 la declaración de nulidad de esa amnistía permitió que comenzara a ser investigado por delitos de lesa humanidad. Estaba detenido en su domicilio en el marco de la causa que investiga el secuestro extorsivo de los empresarios Federico y Miguel Gutheim en 1976.
El superministro de la dictadura cívico-militar murió sin recibir una condena en su contra. Estaba detenido desde 2010, aunque contaba con el beneficio de la prisión domiciliaria que cumplía en un departamento del lujoso edificio Kavanagh. Martínez de Hoz intentó ser excarcelado en varias oportunidades, pero el 17 de diciembre pasado la Sala I de la Cámara Federal ratificó la prórroga del arresto.
Joe, como lo llamaban, estaba procesado en la causa por el secuestro extorsivo de los empresarios Federico Gutheim y su hijo Miguel en 1976, dueños de la compañía Sadeco. Según la investigación, Gutheim había ganado la licitación por una exportación de fibra de algodón a Hong Kong por 12 millones de dólares y habría sido presionado para compartir la licitación con una firma multinacional "que contaba con la participación activa del entonces ministro de Economía Martínez de Hoz". Tras no aceptar la propuesta, fue detenido junto a su hijo y trasladados al Departamento Central de la Policía Federal y a la cárcel de Caseros.
De familia terrateniente, Martínez de Hoz ocupó su primer cargo público como ministro de Economía de la provincia de Salta a finales de la década del 50. Luego, tras el golpe de Estado de 1962, fue secretario y ministro de Agricultura y Ganadería del presidente José María Guido. Sin embargo, su cargo estelar llegaría con otro golpe.
Luego de la toma del poder por parte de la Junta Militar el 24 de marzo de 1976, Martínez de Hoz se convirtió en el ministro de Economía y en el cerebro detrás del plan económico de la dictadura. Amparado por los secuestros, asesinatos y desapariciones, impulsó políticas de liberalización y desregulación de los mercados que cuadruplicaron la deuda externa y perjudicaron notablemente a la industria nacional. Además, mediante la llamada "tablita" generó un sistema de devaluaciones sistemáticas del peso que dio lugar a grandes fortunas basadas en maniobras financieras especulativas.
Tras el retorno de la democracia en 1983, Martínez de Hoz fue encarcelado por su complicidad con la represión, pero el expresidente Carlos Menem lo benefició con un indulto en 1990. El juez federal Norberto Oyarbide declaró en 2006 la nulidad del indulto y reabrió la causa por el secuestro de los Gutheim. En 2010, la Corte Suprema ratificó la anulación de la medida que le garantizó impunidad durante 16 años a quien encarnó la cara civil del golpe militar.
Además de esa causa, estaba involucrado en el proceso llevado adelante por el juez Ariel Lijo, en el que se lo acusa como jefe civil del golpe de 1976. También en otra causa, instruida por Oyarbide, se lo vincula con el asesinato de Juan Carlos Casariego de Bel, director del Registro de Investigaciones durante su gestión en Economía. Casariego fue secuestrado tras negarse a firmar un dictamen para la nacionalización de la Compañía Italo Argentina de Electricidad.
En diciembre, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación había pedido que sea indagado por la causa en la que se investiga si se cometieron delitos de lesa humanidad durante la venta de las acciones de Papel Prensa SA, propiedad del Grupo Graiver, en favor de las empresas La Nación SA, Clarín y La Razón SA.
Martínez de Hoz también fue alcanzado por la denuncia del empresario Eduardo Saleigh por la liquidación del Banco Latinoamericano. Saleigh fue secuestrado el 31 de octubre de 1981 y durante la semana que duró su cautiverio fue obligado a liquidar su banco en una maniobra para que el Estado se hiciera cargo de la empresa Austral, cuyo principal acreedor era el Banco Latinoamericano.
fuente: Pagina 12

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